5 Elefantes los viernes

Hola amig@s!

Aquí llegan de nuevo  “5 elefantes los viernes”, una lista de las cosas que estoy valorando, disfrutando o explorando, esta mañana ha entrado una ligera brisa marinera en mi cuarto y susurra que el 23 de septiembre empieza el otoño, y se nos habrá escapado otro verano, cada día cuenta.

Siempre me han gustado las historias, los cuentos, las fábulas, en los veranos del Escorial, cuando era pequeño, no había forma de que durmiese sin que mis abuelos me contasen alguna de ellas, especialmente mi querido abuelo Rodrigo que se inventaba las del malandrín Geppetto. Cuando fui más mayor me acostaba leyendo Mortadelo y Filemón, los de Tintín, el Capitan Trueno, ahora me acuerdo con nostalgia de esos días y de esas tormentas de finales de agosto que eran anunciadas por truenos que resonaban en el Monte Abantos.

 

Dos Fábulas que estoy ponderando.-
Fábula (I). El lobo y la grulla, Las fábulas de Esopo.

A un lobo que se alimentaba se le atascó un pequeño hueso en la garganta y, con un dolor terrible, suplicó a los otros animales que lo ayudaran, prometiéndoles una recompensa. Ninguno de ellos respondía, atemorizados por si fuese una posible treta, finalmente, la Grulla accedió y, metiendo su largo pico en la garganta del Lobo, aflojó el hueso y lo sacó. Pero cuando la Grulla preguntó por su recompensa, el Lobo respondió: «Has puesto tu cabeza dentro de la boca de un lobo y la has vuelto a sacar con seguridad; eso debería ser suficiente recompensa para ti”.

A lo largo de los años se ha representado esta fábula para ilustrar la falta de escrúpulos y de gratitud de los que están en el poder.

Fábula (II). Las grullas y los lobos, leyenda europea

En una largo invierno en el norte de Europa, una gélida ventisca castigaba los bosques y los valles, tal era la virulencia de la tormenta que los ríos se congelaron, los animales cegados por el viento eran incapaces de encontrar alimentos y se encontraban al límite de sus fuerzas. Los lobos, guardianes de los bosques, buscaban la forma de guiar a todas las criaturas a un lugar donde se pudiesen resguardar y alimentar. Después de meses, aullaron al cielo con todas sus fuerzas, allí las grullas recogieron la llamada de auxilio, y graznaron en señal de ayuda, viraron el rumbo para guiar a los lobos. Así pues grullas graznando y lobos aullando, consiguieron llegar a una pradera verde en la que fueron capaces de sobrevivir junto con el resto de animales.

Entonces las grullas danzaron de alegría, y desde entonces la danza de las grullas se ha convertido en un acontecimiento en el Norte de Europa, con las grullas llega por fin el buen tiempo, representan la esperanza.

Las grullas ignoran al parecer hasta el favor que han podido prestar, del mismo modo que la viña no exige nada por haber llevado la uva y se halla, por el contrario muy satisfecha de haber producido el fruto que le correspondía; como el caballo que ha dado una carrera, como el perro que ha levantado la caza, como las abejas que han levantado la miel. El verdadero bienhechor no reclama nada, sino que se prepara a otra buena acción. Como la viña, que al llegar la estación da ora vez su fruto.

Pienso en esta conclusión de Marco Aurelio cuando examino ambas fábulas, y me traen a la memoria muchas personas de carácter altruista grullesco, en especial de Arturo Moreno Garcerán que sin duda escucha siempre los aullidos de los lobos.

Qué estoy viendo.-
Super Pumped – La historia de Uber (Movistar Plus). Desde la perspectiva del CEO de la compañía, Travis Kalanick, interpretado por Joseph Gordon-Levitt.  Vivía en SF en aquella época y era usuario de Lyft, ahora me explico porque desapareció.

Qué estoy escuchando.- 
Beach Baby- Bon Iver (Spotify)

Os deseo un gran fin de semana, lleno de aventuras y grandes experiencias y mucho amor!

Como siempre, ¡gracias por estar ahí! Ya sabes que me puedes contactar en lprieto@madblue.es y través de las redes sociales como LinkedIn o Instagram. ¿Qué punto de arriba es tu favorito? ¿Qué te gustaría que hablara? Me encantaría conocer tus comentarios o sugerencias, ¡avísame si has visto a un elefante suelto!